Es impresionante ver como los reos en las prisiones estadounidenses crecen en mil 600 por cierto entre 1990 y 2009, pero más impresionante es saber que este dramático incremento no corresponde a un aumento en la tasa de criminalidad, sino que forma parte de un negocio donde las
empresas privadas obtienen más ganancias mientras más reos haya dentro
de las prisiones.
Según un reportaje publicado por el diario mexicano La Jornada,
actualmente varias compañías con fines de lucro se encargan del seis por
ciento de todos los prisioneros estatales y del 16 por ciento de los
federales.
Asimismo, en 2010 y 2011, las dos firmas más grandes dedicadas al
negocio de las cárceles recibieron casi tres mil millones en ingresos
por año. La mayor de ellas, Corrections Corporation of America (CCA),
opera 66 prisiones en 20 estados. Mientras que la segunda, GEO Group, se
encarga de 65.
Recientemente, CCA reportó a sus accionistas que su negocio
depende de varios factores, incluyendo tasas de criminalidad y patrones
de sentencias en EE.UU. Lo que implica que el crecimiento en ganancias
requiere cada vez de más reos y, por tanto, estas empresas invierten
millones para mantener un alto nivel de encarcelamiento y leyes que
establezcan condenas largas.
Estas normas, impulsadas por políticos federales y estatales, bajo
la consigna electoralmente efectiva de "mano dura contra el crimen", se
ha implementado desde los años 70. En ese contexto, la llamada guerra
contra las drogas fue el mayor factor en el explosivo crecimiento de la
población carcelaria, y con ello también se manifestó lo que varios
críticos señalan como una guerra contra las minorías.
Ante este panorama, algunos critican la llamada guerra contra las
drogas como una guerra contra los pobres y las minorías, tanto al
interior de este país como en su dimensión internacional.
Todo un negocio, que debería empezar a cambiar ya.